Innovación en Argentina: Inspiración SDI para Cultivos en Líneas.

Argentina se erige como un referente de innovación en el uso de riego por goteo subterráneo (SDI) para cultivos en líneas.

Argentina se erige como un referente de innovación en el uso de riego por goteo subterráneo (SDI) para cultivos en líneas. Este éxito se debe a condiciones climáticas favorables, prácticas agrícolas avanzadas y una disposición para adoptar nuevas tecnologías. La base de la fortaleza agrícola argentina reside en la combinación de la sabiduría tradicional con ideas trasformadoras.

Con precipitaciones anuales que oscilan entre 600 y 900 mm, los productores pueden diseñar sistemas de riego que proporcionan con precisión de 2,4 a 3 mm de agua al día, un número mucho menor que los los 6 a 9 mm requeridos habitualmente. Esta capacidad permite regar hasta cuatro veces más terreno con el mismo suministro de agua.

Los suelos de alta calidad de estas regiones retienen la humedad eficazmente, mejorando así el rendimiento general de los sistemas de riego. Al minimizar la alteración del suelo mediante prácticas como la laboreo mínima o sin laboreo (donde los agricultores siembran sobre los restos del cultivo del año anterior), estos productores mantienen estructuras de suelo saludables. Los sistemas de SDI trabajan en conjunto con el suelo, aportando humedad como un reservorio. Este proceso impacta positivamente en la salud del suelo, promoviendo un crecimiento radicular más profundo y un desarrollo robusto de los cultivos.

Mejores Rendimientos y Rentabilidad

Los beneficios del riego por goteo subterráneo (SDI) también generan ventajas económicas significativas. En invierno, cuando el riego tradicional puede ser insuficiente, el SDI facilita una producción rentable de trigo. Los productores corren el riesgo de perder la capa superficial del suelo y la viabilidad de los cultivos durante los períodos secos, a menudo recurriendo a cultivos de cobertura que generan poco o ningún beneficio. Al utilizar tierras que de otro modo permanecerían en barbecho durante el invierno, los productores pueden lograr hasta cinco cosechas en un ciclo de dos años (en lugar de dos), lo que les permite duplicar sus beneficios potenciales en comparación con los métodos tradicionales y establecer estabilidad en los años posteriores a la implementación.

Por ejemplo, en áreas sin SDI, los rendimientos promedio de maíz rondan los 8,000 kg por hectárea, dependiendo únicamente del riego por inundación o de lluvias irregulares. Sin embargo, con la implementación de SDI, los rendimientos pueden aumentar a unos impresionantes 18,000 kg por hectárea en dos temporadas. En el caso del trigo, pasó de ser un cultivo de cobertura con pérdidas a cosechar 10,000 kg por hectárea. Esto ilustra por qué muchos agricultores argentinos están optando por el SDI: mejora los rendimientos y respalda la sostenibilidad económica frente al cambio climático.

 

Ventajas del Terreno y del Diseño del Sistema:

El paisaje geográfico de las regiones en Argentina donde se cultivan con éxito cultivos en líneas mediante SDI facilita el diseño de sistemas de riego con longitudes de recorrido extendidas de hasta 700 metros. Esta característica minimiza las excavaciones innecesarias en el campo y reduce la complejidad del mantenimiento, haciendo que el SDI sea una opción más atractiva en comparación con los sistemas de tradicionales con pivots . Aunque los pivots son efectivos, a menudo dejan fuera alrededor del 22% de la superficie de la parcela, mientras que el SDI garantiza que el 100% del área reciba agua.

Esta eficiencia, junto con la reducción de la mano de obra y un acceso a las parcelas más ágil, permite a los agricultores concentrarse más en la gestión de los cultivos en lugar de en los desafíos logísticos mecánicos. Además, el diseño del sistema SDI incorpora técnicas estratégicas de gestión del agua que son comparables, e incluso superiores, a las empleadas en los sistemas de riego con pivots. Los agricultore pueden ajustar sus estrategias de riego, aplicando agua según las necesidades específicas de cada tipo de cultivo, sin estar limitados por los sistemas de riego mecanizados. Esta flexibilidad es especialmente ventajosa para gestionar la asignación de agua a través de diversas rotaciones de cultivos.

Beneficios Ambientales y Económicos:

Al minimizar la evaporación del agua superficial, los sistemas SDI conservan el agua y reducen la necesidad de herbicidas al limitar el crecimiento de malas hierbas. Este enfoque reduce costos y promueve ecosistemas más saludables. La aplicación eficiente de fertilizantes y productos químicos—con una efectividad de hasta el 95%—disminuye el uso general de químicos, lo que resulta en beneficios tanto económicos como ambientales.

Al aprovechar las ventajas naturales y adoptar tecnologías de vanguardia, los productores están revolucionando sus prácticas para lograr una productividad y sostenibilidad sin precedentes. La combinación de principios probados con estrategias modernas fomenta un entorno innovador. Mientras los productores de todo el mundo enfrentan desafíos relacionados con el cambio climático y la escasez de recursos, la experiencia de Argentina con el SDI ofrece valiosos conocimientos.