5 señales de que puede estar regando de más o de menos
El exceso de riego es un error típico que cometen los agricultores, especialmente cuando no se utilizan instrumentos de control de la humedad del suelo. El agua extra que aplicaste, que supusiste que ayudaría a la planta a crecer aún más, puede ser la causa de que tus plantas se marchiten y tengan las hojas amarillas. Estos son algunos indicadores de que sus plantas están recibiendo demasiada o muy poca agua.
Su campo tiene mucha agua pero sus plantas se están marchitando
Las raíces de las plantas absorben los nutrientes del suelo. Las raíces necesitan una mezcla de agua, nutrientes y oxígeno para sobrevivir y desarrollarse para que las plantas crezcan de forma óptima. En una situación ideal, los espacios entre las partículas del suelo deberían estar llenos de oxígeno. El riego excesivo llena de agua los huecos entre las partículas del suelo y empuja el oxígeno hacia fuera, disminuyendo la cantidad de oxígeno disponible para las raíces de las plantas. Cuando esto ocurre, sus plantas se marchitan, dando la impresión de que no hay suficiente agua, incluso cuando el suelo está claramente saturado.
Sus plantas tienen hojas amarillas que se vuelven marrones y se marchitan
El crecimiento de la planta se detiene repentinamente y las hojas se vuelven amarillas y luego marrones, lo que indica que hay exceso o falta de riego. Examina las hojas: si están crujientes, probablemente estés regando poco; si están blandas al tacto, probablemente estés regando en exceso.
Caída de las hojas
Tanto en el caso de exceso de riego como en el de falta de riego, las hojas se caen. La caída prematura de las hojas jóvenes y viejas, así como la falta de apertura de los brotes, es una indicación de que hay demasiada agua.
Ampollas en las hojas
El exceso de agua que llega a las raíces también puede verse en las partes superiores de la planta, como el tallo y las hojas. Cuando hay demasiada agua en las hojas, éstas no pueden soportar el estrés y el agua se desprende, dando lugar a ampollas en las hojas.
El suelo
Antes de regar, inspeccione el suelo. Si puede localizar la humedad del ciclo de riego anterior a 5 cm/2″ por debajo de la superficie del suelo, es posible que esté regando en exceso. Por otro lado, si el suelo está tan duro que no se puede atravesar con un destornillador, es posible que exista una falta de riego.
¿Cómo evitar el exceso o la falta de riego?
La gestión del riego debe tener en cuenta no sólo el agua suministrada a través del riego y la lluvia, sino también la forma en que esta agua se desplaza a través del suelo y la capacidad del suelo para almacenar y poner esta agua a disposición de las raíces de las plantas. Preste atención a la estructura de su suelo y a su capacidad de campo. El desarrollo de las plantas es óptimo cuando la humedad del suelo está en torno a su capacidad de campo, por lo que hay que evaluar el nivel de agua y tenerlo en cuenta para la programación y el mantenimiento del riego. Puede vigilar sus campos y comprobar si sus plantas están sanas o estresadas utilizando tecnologías modernas como Manna o Rivulis ReelView.
Además de la guía anterior, hay que tener en cuenta que en algunos casos se quiere estresar deliberadamente a las plantas mediante un riego insuficiente (por ejemplo, regímenes de riego deficitario reducido).
Descargo de responsabilidad: Lo anterior se ofrece únicamente como consejo general. Cada aplicación es diferente, y su programa de riego debe desarrollarse según sus necesidades específicas.